Juan Vera, es un agricultor y apicultor de Portoviejo, quien le apuesta a la reforestación, porque es un convencido que los árboles son los únicos que dan salud al ambiente y ayudan a fortalecer las actividades productivas. El participa en el programa de reforestación que impulsa la Prefectura de Manabí.
El lunes 20 de mayo el prefecto, Leonardo Orlando, visitó la finca de Juan, ubicada en la emblemática subida a La Tomatera de la parroquia 12 de Marzo, con el fin de constar el avance y crecimiento de los árboles entregadas por el proyecto de reforestación, que busca devolver el verdor en este sector y restaurar su equilibrio natural; pero sobretodo escuchar la experiencia de este agricultor-apicultor.
Durante la visita el Prefecto recorrió la plantación de 225 árboles nativos, entre ellos guachapelíes, tamarindos, guayacanes y otras especies nativas que comienzan a echar raíces con fuerza en lo alto de una de las colinas de Portoviejo.
La visita de la autoridad también permitió fortalecer estrategias para promover prácticas sostenibles y asegurar la permanencia del bosque. Además, el Prefecto conoció de cerca la actividad apícola que desarrolla Juan, y cómo la reforestación también favorece a ésta y otras actividades productivas.
. Orlando subió colinas, recorrió el terreno a pie, tocó los frutos de un tamarindo y observó con atención los brotes tiernos de los árboles jóvenes que emergen con determinación del suelo. Su visita no se limitó a constatar los avances: también permitió identificar nuevas oportunidades productivas, fortalecer el plan de manejo y promover prácticas sostenibles que aseguren no solo la siembra, sino también la permanencia y el florecimiento del bosque.
Juan Vera, dueño de la finca, con el rostro curtido por el sol y las manos marcadas por años de labor de la tierra, compartió con emoción su experiencia y narró cómo ha ido transformando, árbol a árbol, la fisonomía de su terreno, recuperando el verdor que atrae vida.
Al final de la jornada, Juan invitó al Prefecto a conocer sus colmenas. Con trajes protectores se confundieron entre las abejas que con su constante zumbido forraron los cuerpos de los dos visitantes, dibujando una escena poderosa: la armonía posible entre el ser humano, la naturaleza y sus múltiples formas de vida.
La reforestación que impulsa la Prefectura es mucho más que una acción ambiental, es una respuesta concreta ante la necesidad urgente de sanar los ecosistemas. Es también la prueba de que, cuando la política pública se enlaza con la sabiduría del campo, los frutos —literal y simbólicamente— no tardan en llegar, manifestó el Leonardo Orlando.